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¿POR QUÉ TENEMOS HALITOSIS?


Abstract:

The purpose of this essay is to make a clear distinction between the causes of halitosis and to support that the marked difference in the percentage attributed to the causes is something that cannot be ignored because it is the cause of myths or beliefs that make diagnosis difficult and treatment of that condition, in this way, it would be responding to the question posed in the title; The way to approach it is going to be based on scientific studies published in journals of the same nature, which will have as a central axis to support that halitosis is a condition that mainly has an oral origin.

In this way, the conclusions reached above are that we can say that although there are multiple causes of bad breath, some of medical relevance, most of the time its cause is oral, it is therefore the dentist who should Being very involved in the diagnosis and treatment of this condition. In this way, the question raised in the thesis as well as in the title, in turn, has tried to make the reader reflect on the different myths that halitosis brings.


Resumen:

El presente ensayo tiene como propósito hacer un claro distingo entre las causas de la halitosis y sustentar que la marcada diferencia en el porcentaje que se atribuye a las causas es algo que no se puede obviar porque es causa de mitos o creencias que dificultan el diagnóstico y tratamiento de esa afección, de esta forma, se estaría dando respuesta a la pregunta planteada en el título; la forma de abordarla va a ser basándose en estudios científicos publicados en revistas de la misma naturaleza, las cuales van a tener como eje central el sustentar que la halitosis es una afección que principalmente tiene un origen bucal.

De esta manera, las conclusiones a la que se arriba es que podemos decir que si bien hay múltiples causas del mal aliento, algunas de relevancia médica, la mayor parte de las veces su causa es oral, es por lo tanto el dentista el que debe estar muy implicado en el diagnóstico y tratamiento de esta afección. De esta manera se estaría dando respuesta a la interrogante planteada ya sea en la tesis que en el título, a su vez que se ha tratado de hacer reflexionar al lector sobre los diferentes mitos que trae consigo la halitosis.


 


La halitosis desde hace bastante tiempo se ha vuelto un motivo de consulta frecuente al que se enfrenta el médico en la atención primaria, esto a raíz que las consecuencias de esta afección bucal afectan varias esferas de la salud, entendida esta como un estado completo de bienestar físico, mental y social, es así que se tiene que repercute y compromete frecuentemente las relaciones sociales y psicológicas afectando la vida diaria del paciente; pero no se puede soslayar el hecho que pueda encubrir problemas médicos de relevancia, allí radica la importancia de conocer la etiología de esa afección, justamente, porque puede darnos indicios de afecciones sistémicas que necesitan diagnóstico y tratamiento específicos. El rol que tiene el aliento en salud y en otros servicios son más de lo que uno pueda pensar, es así que tenemos que su uso se da de manera rutinaria y una de las más conocidas es uso para evaluar la concentración de alcohol en los conductores, pero también se usa para el control de numerosas enfermedades, por ejemplo, el uso del test de la ureasa o test del aliento con carbono 14 en la detección de la infección por Helicobacter pylori.

Los mitos entendidos como narraciones, tal como lo refiere Oyaneder, son aceptados como tal por quien los “vive” y tienen como función guiar su vida y entender la realidad, a su vez que pueden cambiar en el tiempo, es por eso que en el transcurso de la historia encontramos mitos que dominan sobre otros. El área de salud no es una excepción, ya que en muchas ocasiones se trata de sustentar un fenómeno con explicaciones no verificadas científicamente, pero la consecuencia más acuciante que traen consigo los mitos en salud es el hecho que interfieren con el diagnóstico y tratamiento de las afecciones que son susceptibles de ser explicadas por esos; la halitosis es una de aquellas que ha sido presa de varios mitos entre ellos tenemos la etiología errónea o la supuesta creencia de su baja prevalencia, entre otros.

Vista la importancia del conocimiento de esta afección, el propósito del presente ensayo es hacer comprender al lector de la relevancia y que no ser tomada tan a la ligera la afección de la halitosis, a su vez, tiene como propósito desterrar mitos sobre este tema, los cuales puede tener consecuencias perjudiciales para la salud, y más allá del público en general, hacer un llamado a los profesionales de salud bucal para que reduzcan esas falsas creencias acerca de la halitosis realizando el diagnóstico correcto y ofreciendo el mejor tratamiento para mejorar la calidad de vida de sus pacientes. Por estas razones, es que el presente ensayo tiene como tesis hacer un claro distingo entre las causas de la halitosis y sustentar que la marcada diferencia en el porcentaje que se atribuye a las causas es algo que no se puede obviar porque es causa de mitos o creencias que dificultan el diagnóstico y tratamiento de la afección, de esta forma, se estaría dando respuesta a la pregunta planteada en el título; la forma de abordarla va a ser basándose en estudios científicos publicados en revistas.

El olor que ese emana de la cavidad bucal, igual que cualquier otro olor que detectamos, lo podemos detectar gracias al bulbo olfativo situado en la parte superior de las fosas nasales y cuyas células (capaces de detectar de 2000 a 4000 olores diferentes) enviarán la información. Esta información se procesará en el córtex cerebral de manera directa (superficie inferior del hemisferio cerebral que son las áreas olfatorias primarias: corteza entorrinal, corteza piriforme y periamigdalina, tubérculo olfatorio, amígdala, núcleo olfatorio anterior) y a través del tálamo (1). Hoy se sabe que, mediante la espectrometría de gases, hay unos 200 compuestos en el aliento.

La mayoría de las personas identifican las pruebas de aliento con alcoholímetros utilizados por la policía para estimar la concentración de etanol en la sangre; sin embargo, las pruebas de aliento tienen aplicaciones mucho más sofisticadas, el análisis de la respiración ha evolucionado como una nueva frontera en las pruebas médicas para diagnosticar y controlar enfermedades como el asma, verificar el rechazo de órganos trasplantados, detectar el cáncer de pulmón y detectar la infección por Helicobacter pylori . Esto se ha logrado gracias a que se ha utilizado la propiedad de cada individuo, la de tener un a “huella de respiración” que puede proporcionar información útil sobre su estado de salud, esta huella de respiración incluye comprende las miles de moléculas que se expulsan con cada respiración que exhalamos. Es así que el examen de la respiración exhalada tiene el potencial de cambiar los enfoques de rutina existentes en la medicina humana(2).

Como se ha podido apreciar el aliento es una parte importante para el diagnóstico de algunas enfermedades; pero qué sucede cuando de este se despide un olor desagradable, es a partir de ese momento que hablamos de halitosis, la cual la definen como un olor desagradable procedente del aliento de una persona y constituye un problema social(3). El aliento depende de por sí de múltiples factores, pero a nosotros nos interesa el mal aliento y este se debe a varios grupos de compuesto, como son los compuestos orgánicos volátiles (COVs) de origen sistémico, como la urea, la acetona, etc.; COVs de origen extrasistémico, como los fenoles, los índoles, la cadaverina, etc.; compuestos orgánicos sulfurados (CSVs); entre otros. De todos estos, sin duda, los más implicados son los compuestos sulfurados volátiles, los cuales se producen a partir de la metabolización de los aminoácidos cisteína, metionina y cistina, provenientes de la putrefacción de la materia orgánica o de la degradación de las proteínas; los detritus que se acumulan en la superficie lingual son uno de los mayores reservorios de estos productos. Por otro lado, para que se liberen estas sustancia depende de otros factores, como la población bacteriana y las condiciones fisicoquímicas: pH de la saliva, sustratos disueltos y en una menor medida de la dieta(1).

Como ya se está pudiendo intuir, la principal causa reside en la boca y no debería sorprendernos que sea un padecimiento que presenta el 50% de la población. Pero resulta que es muy frecuente que se opine que la principal causa se ubique en el estómago, incluso entre los profesionales sanitarios, tal es el caso cuando se aplicó un cuestionario a 80 estudiantes de odontología de una facultad portuguesa sobre sus conocimientos sobre la halitosis, donde se encontró que el 42% de ellos señaló que el estómago es la causa más frecuente de la halitosis(4).

El estudio que corrobora que la causa principal es de origen bucal, atribuyéndole un 90%, se basa en métodos objetivos, como son los métodos organolépticos, monitoreo de sulfuros y los métodos de cromatografía de gases(5). Es también el origen sobre el que se tiene más información científica, son varios los trabajos que nos refieren la relación de la halitosis con el incremento de bacterias, el consumo de péptidos y aminoácidos en la dieta, la disminución del cepillado (ocasiona el incremento de los organismos), asimismo, el uso de microbianos tópicos disminuye la halitosis; también la solo presencia de sangre en la boca incrementa la halitosis porque causa un incremento de las bacterias proteolíticas. El otro 10% de las causas se la puede atribuir a orígenes extraorales, por ejemplo el 8% le podemos atribuir a otros aparatos o sistemas, el más frecuente son las alteraciones relacionadas con el tracto aéreo superior (nariz y senos paranasales) y de forma mucho menos frecuente las relacionadas con el tracto aéreo inferior (tráquea y parénquima pulmonar). El otro 2% se le atribuye a patologías digestivas como las relacionadas con el Helicobacter pylori , otra patología son las hepatopatía, un ejemplo concreto es la cirrosis hepática(5).

Por último, se dedicará unas palabras a hablar de la halitosis psicológica: tenemos a la pseudohalitosis, que vendría a ser una halitosis inexistente que suele solucionarse hablando con el paciente; la halitofobia, obsesión por el problema constituyendo un problema psiquiátrico, y el síndrome de referencia olfativa, que conforma alucinaciones olfativas asociadas a delirios de referencia.

Presentada la evidencia científica, los mitos alrededor de la halitosis caen como efecto domino, entre los mitos tenemos a creer que esta afección tiene una baja prevalencia, esto a raíz que existen dos tipos de paciente: el que es consciente de su condición y el que la ignora, justamente porque por un lado el paciente desconoce su situación, o es incapaz de oler su propio aliento, o su olfato ya está adaptado a él; por otro lado, el paciente que sí conoce su situación, la considera como algo tabú y por ende, no habla de ello.

Otro mito que quedaría desterrado es pensar que la etiología se debe principalmente a problemas gastrointestinales, cuando la verdad es que el principal origen se da en la boca. Por consecuencia, también se "derrumbaría" el hecho que no exista profesional de referencia, esto a raíz que es considerado un tema tabú y sumado al desconocimiento de sus causas reales, muchos pacientes no asocian a los profesionales de la salud bucal como especialistas en el diagnóstico y tratamiento del mal aliento. Por último, pero no menos importante, está la creencia que no tiene solución o tratamiento, de allí que la mayoría lo trate de enmascarar pero no lo tratan, la verdad es que para solucionarla es imprescindible un diagnóstico diferencial, prestando especial atención a la sintomatología de cada paciente, para luego definir un tratamiento basado en esta evaluación a través de unas medidas dietéticas e instrucciones de higiene oral adecuadas con productos específicos.

Finalmente, se puede concluir que si bien hay múltiples causas del mal aliento, algunas de relevancia médica, la mayor parte de las veces su causa es oral, es por lo tanto el dentista el que debe estar muy implicado en el diagnóstico y tratamiento de esta afección. De esta manera, se estaría dando respuesta a la interrogante planteada ya sea en la tesis que en el título, a su vez que se ha tratado de hacer reflexionar al lector sobre los diferentes mitos que trae consigo la halitosis.



Referencias Bibliográficas:

1. López López J, Otero Rey E, Estrugo Devesa A, Jané Salas E. Etiopatogenia de la halitosis. Revisión. Av Odontoestomatol. 2014;30(3):145–53.

2. Corradi M, Mutti A. News from the Breath Analysis Summit 2011. J Breath Res. 2012;6(2):1–2.

3. COMUNICACIÓN BREVE Repercusión social de la halitosis Social impact of halitosis MsC. Bárbara Olaydis Hechavarría Martínez,. 2014;18(10):1460–6.

4. Cameira Nunes J, Martínez-Sahuquillo Á, Cameira MJ, Dias Marques H. Halitosis: Are dentists being prepared for this challenge? - A questionnaire survey in a dental school. Rev Port Estomatol Med Dent e Cir Maxilofac [Internet]. 2011;52(3):142–6. Available from: http://dx.doi.org/10.1016/j.rpemd.2011.05.003

5. Nagy A, Brugoviczky Z, Novák P, Nagy G. [Clinical importance and diagnosis of halitosis]. Fogorv Sz [Internet]. 2012 [cited 2019 Oct 12];105(3):105–11. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23240492





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