MI APRENDIZAJE SOBRE LA PRÁCTICA COMUNITARIA "CLASIFICACIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS"
- Diana Aranguena
- 23 nov 2019
- 4 Min. de lectura
Por: Diana Aranguena Vallejos
El segundo semestre académico de este año llegó con muchas sorpresas, una de ellas fue la realización de una práctica comunitaria dentro del curso de Lenguaje. Esta práctica comunitaria se realizó con la finalidad de lograr un cambio de prácticas claves para la salud de una determinada población a la que se la intervino. Realizar en manera conjunta, con un grupo de compañeros, hizo de esta experiencia aún más gratificante. Sustancialmente, a lo largo de todo el mes y medio que asistimos al centro educativo, aprendimos muchas cosas, tanto en conjunto, como individualmente. De manera personal, el principal aprendizaje que rescaté de toda esta aventura fue que nosotros como estudiantes universitarios, indiscutiblemente, somos un medio de cambio para otros, en especial, para los niños. Estar en contacto con los pequeños y sentir esa energía que nos transmitieron, fue una de las mejores experiencias que hasta ahora he podido experimentar. Principalmente, este aprendizaje se dio por tres motivos en específico y estos fueron: el ser personas universitarias que transmitimos ejemplo y admiración, asimismo, el tratar sobre un tema específico e importante, esto basado en el entorno propio de los alumnos, y por último, el respeto y el compañerismo que surgió durante todo el tiempo de visita, el cual se llevó a cabo a base de normas de convivencia y dinámicas permanentes con ellos; de esta manera, fue posible ser el medio de cambio para ellos.
El paso del colegio a la universidad, es un cambio muy notorio en la vida de la persona, porque involucra un cambio en el destino de esta. El ser personas universitarias simboliza, hoy en día, un ejemplo claro de “seguir adelante y de total esfuerzo y compromiso”, y fue justo eso lo que los niños del quinto grado pensaron sobre nosotros. Fue muy alentador y reconfortante el escucharlos decir que algún día serían como nosotros, ser impulsadores de cambio para la sociedad. En muchas oportunidades, los pequeños me comentaron sus planes a futuro y lo que pensaban estudiar, diciendo que algún día ellos llegarían a ser como yo, una estudiante universitaria. Ser percibida por ellos como un ejemplo a seguir, fue para mí una infinita alegría, porque comprendí que no solo iba a lograr un cambio en su conducta en relación a su salud, que era lo más probable, sino también seríamos ese impulso, para que ellos en un futuro se animen a realizar parecidas intervenciones, con la finalidad de que la población se capacite en prácticas claves de salud específicas. Asimismo, percibir la admiración por parte de ellos, me hizo entender que tengo una labor muy grande por realizar y que mis acciones en ese lugar, de una u otra manera, influyeron mucho en su conducta, es por esta razón que, en todo momento buscamos ser aquellos ejemplos dignos de admirar para estos niños.
Durante casi el mes y medio que asistimos a la institución, fuimos abordando una práctica específica e importante, esto se dio gracias a las visitas previas a nuestra intervención en el colegio; observamos la necesidad del cambio de alguna práctica clave que sea efectivo y útil en el entorno que se desenvuelven los niños, y fue así que desarrollamos una práctica clave con ellos, que consideramos que era de su interés; grande fue nuestra sorpresa cuando los niños recibieron esta práctica con sumo interés, ya que del mismo modo venían implementando dicha práctica con su maestra. Fue importante que nosotros nos enfocáramos en una práctica clave en específico, porque de esta manera, los niños iban asimilando mejor las capacitaciones de esta práctica, en comparación con la acumulación de información y acciones si hubiésemos abarcado distintas prácticas en una sola ocasión. Gabriela González (2015) decía que para obtener los mejores resultados nos teníamos que concentrar en una cosa a la vez y no abarcar muchas, por eso, se vuelve fundamental la implementación de una práctica específica y en concordancia con la realidad en la que viven.
Desde el principio de nuestra intervención se fomentó el respeto y compañerismo por parte de ambos, tanto por los alumnos, como por nosotros. Siempre fuimos conscientes, de que trabajar con niños no iba a ser una tarea fácil, pero de hecho que iba a ser una experiencia muy enriquecedora; para ello, desde un comienzo planteamos con los niños unas cuantas normas de convivencia, lo cual permitió que el desarrollo de todas las demás visitas se realice de la mejor forma, tal como menciona Eduardo Huamán (2015), que las normas sirven para tener una adecuado respeto entre las personas. Asimismo, la implementación de dinámicas permitió que entre nosotros y los niños se cree un ambiente de compañerismo, ya que según Pilar Gamazo (2015) la importancia del juego o dinámicas, reside en que ayuda al desarrollo físico, emocional y social del niño y, sobre todo, el juego ayuda a establecer una relación de cariño entre los miembros que lo realizan, creando experiencias y sentimientos positivos que se podrán usar en momentos de conflicto. Es por ello, que las dinámicas empleadas cumplieron un rol importante en la relación que tuvimos con los niños, no solo aportando el compañerismo, sino también permitió una mejor asimilación de lo tratado a lo largo de las capacitaciones realizadas.
Con todo lo mencionado y tratado anteriormente, nos dimos cuenta que nosotros como estudiantes universitarios estamos siendo aquel medio de cambio para los niños, que gustosos y animosamente se comprometieron a mejorar dicha práctica y en un futuro ser como nosotros, estudiantes de una gran universidad.
En suma, desarrollar una práctica comunitaria con niños en una institución educativa, me llevó a tener una de las mejores experiencias. Para estos niños nosotros somos un claro ejemplo y admiración por ser jóvenes universitarios y provenientes de una de las mejores universidades, asimismo, durante el desarrollo de la intervención comunitaria nos enfocamos en una práctica específica e importante, muy íntimamente relacionada a su entorno, su realidad. Por último, se fomentó el respeto y el compañerismo por medio del uso de normas de convivencias y dinámicas u juegos realizados; todo esto contribuyendo a ser un medio de cambio para los niños, porque para ellos, lo somos. Ser un medio de cambio es demostrar la responsabilidad de nuestras acciones y ser conscientes de la influencia y ejemplo para los demás, para de esta manera lograr ser mejores.
Referencias
Gamazo, P. (2015). Cómo aprenden los niños a través del juego. Recuperado de http://www.hacerfamilia.com/ninos/noticia-aprenden-ninos-traves-juego-20150326111523.html
Gonzáles, G. (2015). La importancia de hacer una sola cosa a la vez. Recuperado 18 de noviembre de 2019, de https://hipertextual.com/2015/08/hacer-una-sola-cosa-a-la-vez
Huamán Azabache, E. (2015). IMPORTANCIA DE LAS NORMAS DE CONVIVENCIA. - Foro - PerúEduca. Recuperado 18 de noviembre de 2019, de http://www.perueduca.pe/foro/-/message_boards/message/177349997
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