Por: Yeseidy Zuta Santillán
La educación y la forma en la que se imparte, muchas veces se ha entendido como procesos individuales en los que se establecían límites para estos, sin embargo, la misma necesidad de relacionarnos con los demás impulsó el interés por trabajar interdisciplinariamente y de forma comunitaria. El trabajo en equipo es el soporte fundamental para la adquisición de responsabilidad y para el crecimiento personal (Sepúlveda & Vásquez, 2015). En el área de la salud, es necesario resaltar la importancia del trabajo cooperativo, pues contribuye al éxito profesional y personal, además la importancia de desarrollar las habilidades que fortalezcan este trabajo nos hace reflexionar sobre la necesidad de implementarlas desde la formación de los profesionales. Esta estrategia fue utilizada para la integración de estudiantes de mi sección, nos dividimos por distrito de residencia y planificamos nuestra intervención. Al finalizar este, surge una pregunta importante ¿Cuál fue mi aprendizaje a partir de la práctica comunitaria sobre la capacitación para el cambio de prácticas claves para la salud? A lo largo de esta travesía puede aprender la necesidad de la aplicación de prácticas clave, debido al desconocimiento en temas de salud básica, también fortalecí habilidades de forma personal dentro de las cuales destaco la escucha activa y comunicación asertiva.
Las prácticas clave no están presenten en todo el Perú, conocimientos básicos sobre salud integral no son impartidos en colegios o incluso en hogares, esta necesidad de promocionar la salud adquieren importancia cuando analizamos cifras como que el 69% de niños come con las manos sucias en el país, de los cuales 38% es por desconocimiento, mientras que un 43% se da por imitación de personas cercanas a ellos (Tupia, 2014), sin embargo, no solo se debe inculcar buenos hábitos en los niños, sino en la población en general. La necesidad de que los profesionales de la salud tomen conciencia de este problema es necesaria y mientras no se fortalezcan las intervenciones comunitarias no se verá un cambio significativo, Desde mi experiencia, al estar en contacto con niños de entre 6 a 7 años, pude apreciar lo conscientes y participativos que pueden llegar a ser, pero muchos de ellos desconocían temas ambientales o de salud personal, es por eso que mediante mi intervención educativa pude estar cerca a la realidad de la educación en el Perú y puedo asegurar que la implementación de prácticas claves deben impulsarse a través de políticas nacionales, es importante que cada persona pueda poner “un granito de arena”, ya sea desde nuestra posición como futuros profesionales de la salud, o desde cualquier perspectiva como sociedad.
El trabajo en equipo no solo trae aprendizajes grupales, sino también individuales, el significado que cada uno puede interiorizar a partir de una intervención comunitaria es esencial, va más allá de conocimientos teóricos, implica incluso el fortalecimiento de valores y actitudes individuales (Ramírez, 2017). Las habilidades que pude desarrollar e impulsar mediante esta experiencia son la comunicación asertiva y la escucha activa, dos competencias que resalto por su importancia futura en el desarrollo profesional. La primera que tiene que ver con la forma en la que nos teníamos que dirigir a la población de niños a los que impartimos nuestras sesiones, cada pequeño era diferente y llegar a ellos a través de actividades recreativas, así como juegos interactivos, fomentó la comunicación entre todos, el saber dirigirse a ellos y comprenderlos fue lo que me trajo más aprendizajes en lo personal. También la escucha activa, pues como todos sabemos, los niños tienen muchas dudas e interrogante, por lo cual, debíamos aprender a escuchar y captar sus dudas para posteriormente aclararlas de forma sencilla y eficaz. Es importante recalcar que este tipo de estrategias fortalecen las habilidades de un futuro profesional y que es útil para que cuando ejerzamos nuestra profesión, nos sea más fácil llegar a todas las personas con las que interactuemos.
En conclusión, el trabajo comunitario aplicado a comunidades como estrategia para la promoción de la salud es esencial en nuestro contexto social, ya que no solo beneficia a las personas a las que se capacitará, sino que los mismos profesionales que imparten el conocimiento se verán beneficiados a través de la convivencia y desarrollo de habilidades y competencias, estas a consecuencia de la interacción con diversos tipos de personas y la experiencia de saber que se ha contribuido con mejorar hábitos saludables de personas que nunca olvidarán lo que les enseñaste.
Referencias
Ramírez, A. (2017). Scielo. Obtenido de La educación con sentido comunitario:: http://www.scielo.org.pe/pdf/educ/v26n51/a04v26n51.pdf
Sepúlveda, M., & Vásquez, V. (2015). TRABAJO SOCIAL CON GRUPOS: Un Análisis Descriptivo del Quehacer Profesional en el área de Salud Mental. Obtenido de Repositorio Universidad del Bío-Bío: http://repobib.ubiobio.cl/jspui/bitstream/123456789/1815/1/Sepulveda_Cerna_Makarena.pdf
Tupia, W. (2014). El 69% de niños come con las manos sucias. Obtenido de Correo: https://diariocorreo.pe/peru/el-69-de-ninos-come-con-las-manos-sucias-25022/
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