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Mi aprendizaje a partir de la práctica comunitaria

“Si queremos tener un país mejor, debemos comenzar cambiando las cosas desde casa”, “La salud está en tus manos, todo depende de ti”. Muchas veces hemos escuchado estas frases que implican que la salud es un deber individual para luego convertirse en un deber colectivo. Esto es muy cierto, pero ¿Cómo ayudar a la población a que se informen correctamente acerca de las acciones que ayuden al bienestar del planeta y a preservar su salud? Las prácticas claves son acciones y comportamientos que deben ser incorporados en el repertorio cognitivo de las personas para de esa manera poder lograr un cambio en sus actitudes cotidianas. Por ello, es muy importante capacitar a las personas sobre las prácticas claves que deben desarrollar para colaborar con el cuidado del ambiente y con la preservación de la salud pública. Pero, esto no es un trabajo sencillo, pues, requiere preparación de material, trabajo en equipo, habilidades comunicativas e interpersonales y sobre todo dedicación y tiempo, pues para que se logre un cambio es necesario ser constante y paciente. Es por ello que a continuación relatare mi experiencia en base a la práctica clave que desarrollamos con niños de primero de primaria sobre el tema del reciclaje.

El trabajar con niños implica ver el mundo de una manera más animada y esperanzada, los niños son muy alegres y captan los conocimientos que les brindas de una manera tan rápida que sorprende. Es en la niñez el mejor momento para poder brindar conocimientos que puedan generar cambios en una población (1). Esta afirmación es muy cierta pues cuando mi grupo empezó con la capacitación a los niños, ellos captaban los conocimientos rápidamente e incluso había ciertos conceptos o prácticas que ya dominaban desde antes que se las enseñáramos.

A lo largo del desarrollo de dichas prácticas clave tuvimos ciertas ventajas y desventajas. Algunas de las ventajas que notamos fueron el desarrollo de habilidades interpersonales y comunicativas (2), pues para poder llegar a los niños, era necesario poder expresarnos de una manera en la que ellos nos puedan entender. Otra ventaja fue el aprender a trabajar en equipo (3), pues en cada sesión debimos apoyarnos mutuamente para poder maximizar la eficacia de la práctica. Pero, a pesar de que tuvimos ventajas también hubo desventajas ya que muchas veces por lo mismo que eran niños, se desesperaban por participar y generaban desorden, pero eran situaciones que se podían manejar sobre todo porque contábamos con el apoyo de la docente de aula.

El desarrollo de estas prácticas me ayudó mucho personalmente porque desarrolle habilidades y potencie actitudes para poder llegar a las personas, en especial a los niños. También entendí que la población está dispuesta a aprender, solo se necesita de un personal capacitado que pueda instruirlos y acompañarlos a lo largo del camino que conlleva el brindar dicho conocimiento para generar un cambio en ellos.

En síntesis, es necesario que se den más trabajos llevados a campo en especial en el área de ciencias de la salud, pues de esta manera los estudiantes pueden entrar más en contacto con su futura carrera profesional y no solo estarían desarrollando conocimientos sino complementándolos con la práctica, lo que ayudaría para poder capacitar a un mayor número de personas sobre los temas importantes en la actualidad generando de esta manera que la salud pública sea más desarrollada y preservada.

Por ello, para lograr un cambio, recordemos que los niños son como esponjas que absorben conocimientos de manera rápida por lo cual sería una buena estrategia comenzar la capacitación con ellos, desde temas sencillos hacia temas más amplios y adaptarlos a su pensamiento para de esa manera contribuir todos en el mejor desarrollo de actitudes que preserven la salud de las personas.

Es importante destacar que las intervenciones comunitarias son las mejores estrategias llevadas a campo que pueden lograr un cambio de actitudes y hábitos en las personas. Por lo tanto es importante potenciar su implementación sobre todo en niños y adolescentes pues comenzando con ellos podemos mejorar la sociedad en la que vivimos.


Referencias bibliográficas:

1. Cecilia G, López H. L as prácticas educativas familiares como facilitadoras del proceso de desarrollo en el niño y niña. 2007;(December):233–40.

2. Camacho, C. y Camacho, M. (2005). Habilidades sociales en adolescencia: un programa de intervención. Revista Profesional Española de Terapia Cognitivo Conductual. ASETECCS. Nº 3, 1-27

3. PUJOLÀS, P. (2008). 9 ideas claves: el aprendizaje cooperativo. Grao: Barcelona.

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