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LA EMPATÍA Y SU IMPORTANCIA EN LA COMUNICACIÓN MÉDICO – PACIENTE



 

RESUMEN:


La empatía es esencial para una buena comunicación entre el médico y el paciente, muchas personas se quejan por la insatisfacción que tienen después de acudir a una consulta, ya que el médico no supo comprender su situación; es decir, no empatizó con ellos. Sin la empatía, muchas veces no se llega a un diagnóstico adecuado, lo que repercute en la recuperación del paciente. Existen pacientes más vulnerables como los niños, los ancianos y las personas con discapacidad; ellos necesitan aun más de la empatía, por ende, los profesionales que interactúan con ellos deben estar preparados y haber desarrollado plenamente esta. Otros casos en los que se necesita grandes dosis de empatía y que son momentos tensos y difíciles para cualquier ser humano, son esencialmente cuando se le tiene que comunicar una mala noticia al paciente y/o familiares o acompañantes, como puede ser el caso de una muerte o del diagnóstico de cáncer. La empatía es crucial en todo buen profesional de las ciencias de la salud, por eso es importante desarrollarla desde los inicios de su formación.


ABSTRACT:


Empathy is essential for an efficient communication in the relationship doctor-patient. Patients complain about the lack of understanding and empathy doctors show that prevents a good understanding of their situation. Without empathy, it is more difficult to arrive to a precise diagnose which will affect the patient's recovery. Children, elderly people and people with disabilities are vulnerable groups in whose attention empathy should be even more present. Professionals who will be in charge of their treatment should receive an especial training. Empathy is also a key element in the event of telling patients and family members about a diagnose like cancer or death. Empathy is a crucial social skill that health professionals must develop since the beginning of their academic formation.



 


“Muchas veces he acudido al hospital y el médico no me ha atendido de manera adecuada”, “siento que he perdido el tiempo al recurrir al médico”, “no volveré a este consultorio nunca más”, etc. Estas y muchas otras son las declaraciones de un gran número de personas que se presentaron a una consulta médica por algún malestar y no quedaron satisfechas con el trato que recibieron por parte del médico que las atendió. Lamentablemente, se suelen manifestar de manera recurrente por muchos peruanos, en la familia, en el grupo de amigos, el colegio, la universidad y, sobre todo, en las calles. Para entender mejor a qué se debe el gran descontento de la gente, se debe observar con más detalle lo que sucede en una consulta médica. Uno de tantos factores que pueden afectar negativamente un buen desenvolvimiento de la misma es el hecho de que muchos médicos y diferentes profesionales de la salud no se muestran empáticos durante su interacción con el paciente, lo cual conlleva a una jerarquización, donde el médico se ubica en un nivel superior y el paciente está muy por debajo de él.

Teniendo ya conocimiento acerca de cuál es una de las causas, ¿qué pasa cuando los médicos desarrollan la empatía y la emplean durante una consulta? Son varios los efectos positivos que se evidencian cuando los médicos emplean la empatía durante la consulta; principalmente, crean un ambiente de confianza con el paciente, donde este no se siente tan vulnerable, lo cual permite una mejor comprensión del cuadro que se presenta por parte del mismo paciente, así como de sus acompañantes, lo que conlleva a una mejor recuperación. En el siguiente ensayo, se mostrará la importancia de la empatía en diversos casos, por ejemplo, con pacientes vulnerables o al momento de dar una mala noticia.

Como ya se mencionó, la práctica de la empatía por parte de los médicos es fundamental para la buena recuperación del paciente. “Este concepto se refiere a la actitud y la habilidad para entender las experiencias y los sentimientos de otra persona, así como a la capacidad de comunicar dicha comprensión al paciente” (1) y también a “la habilidad para realizar una buena historia clínica, la satisfacción del médico y del paciente, y los buenos resultados clínicos”. (1). Sin embargo, hay pacientes mucho más vulnerables que otros y, en esta ocasión, se presentarán tres casos.

El primero es el caso de los niños, como es de conocimiento de muchos, los pediatras tienen que ser capaces de transmitirle confianza a los más pequeños. Un niño no es un adulto en miniatura, como se creía hasta hace unas décadas, y su mente también es muy diferente, por ello, el pediatra para poder ejercer bien su labor, debe ubicarse a la altura del niño; es decir, agacharse para no estar en un nivel superior donde el niño tenga que mirar con cierto recelo hacia arriba. “La empatía y el afecto son los dos aspectos emocionales que hacen diferente la atención del niño dentro de una atención humanizada”. (2) Estos aspectos forman parte de la responsabilidad profesional del pediatra.

En el segundo caso, se contempla la geriatría; es decir, la atención a pacientes ancianos. Es muy importante tratarlos empáticamente ya que ellos llevan el peso de muchos años encima, sus cuerpos y mentes están algo desgastados por el tiempo, el buen trato hacia ellos es indispensable, sobre todo, comprender su postura. “Es indispensable formar en ellos (profesionales de la salud) sentimientos de solidaridad y una actitud permanente de servicio, respeto y empatía hacia las personas mayores y su entorno, muy particularmente hacia sus familias, aun en los casos de enfermedad terminal”. (3)

Luego, se presencia el caso de las personas con discapacidad, donde también es crucial el establecer un ambiente de confianza con ellos, se tiene que comprender cuál es su posición con respecto a lo que les acontece y ponerse en su lugar, pensar como lo hacen ellos, ya que, en múltiples ocasiones, no se sienten tan integrados al mundo como solemos apreciarlo. Los momentos en los que más se necesita de la empatía son los inmediatamente posteriores a accidentes u otros motivos por los cuales el paciente llegó a adquirir la discapacidad, momentos muy fuertes, tanto para este como para su familia.

Ya que se ha desarrollado el tema de la empatía con personas vulnerables, ahora se hará énfasis en los momentos donde el médico tiene que informar lo peor; es decir, cuando se le tiene que informar a los familiares acerca del fallecimiento de un paciente o cuando se diagnostica alguna enfermedad terminal como el cáncer.

Dar la noticia de la defunción de algún paciente puede ser considerada una de las tareas más difíciles por parte del personal médico. Se tiene que realizar de una manera determinada, puesto que se está hablando de la vida de un paciente, el cual puede ser una madre, un padre o un hijo, que es apreciado por muchas personas; la vida del paciente es, sin duda alguna, lo más apreciado para los profesionales de la salud y los familiares, es el motivo por el cual uno decide optar por estudiar alguna carrera de las ciencias de la salud; salvaguardar la vida es el máximo tesoro que se puede tener y, al mismo tiempo, una enorme responsabilidad.

Del mismo modo, dar la noticia de una enfermedad terminal es muy difícil, aun más cuando se le tiene que dar la noticia directamente al paciente. Es por eso que la empatía es una de las formas más sublimes de sentir lo que siente el otro y, de una u otra manera, ayudar a sobrellevar los momentos de impotencia que ningún ser humano quisiera pasar.

Por todo lo mencionado anteriormente, se puede percibir que la empatía es esencial para cualquier profesional de la salud que interactúe con el paciente y sus familiares. La empatía permite tener un contacto más íntimo con el paciente y sentir lo mismo que él o ella; es decir, “ponerse en sus zapatos” para poder tener más tacto a la hora de brindarle información sensible. Se requiere con pacientes vulnerables y, sobre todo, al brindar malas noticias de muerte o enfermedad terminal. Por eso, la empatía debe ir puliéndose desde los inicios de la formación de los profesionales de las ciencias de la salud, para que cuando ya ejerzan sus labores, la tengan plenamente desarrollada.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


(1) Yuguero O. Estudio de la empatía y burnout de los médicos y enfermeras de Atención Primaria de la Región Sanitaria de Lleida y su relación con las variables clínicas. [Tesis de doctorado]. Lleida: Universidad de Lleida; 2015.


(2) Oliveros Donohue MA. Humanización de la Pediatría. Acta méd peruana [Internet]. 2015; 32(2): 85-90. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1728-59172015000200003&lng=es.


(3) Isern Menéndez A, García Puentes G. ¿POR QUÉ ENSEÑAR GERIATRÍA DESDE EL PREGRADO? Medicentro electrónica [Internet]. 2010; 14(3): 225-7. Disponible en: http://medicentro.sld.cu/index.php/medicentro/article/view/141

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